Pero, ¿qué se puede hacer luego con todas estas imágenes? ¿Almacenarlas en un ordenador? ¿Subirlas a las redes sociales? La creación de un fotolibro es una buena alternativa especialmente pensada para todos aquellos a los que les sigue gustando imprimir sus mejores fotos y disfrutarlas sobre el papel.
Un fotolibro es, realmente, la evolución natural de los tradicionales álbumes en los que se colocaban las fotografías para tenerlas ordenadas y evitar que se estropeasen. La principal diferencia es que, en este caso, las imágenes se seleccionan previamente en el ordenador –se pueden editar, adaptar los tamaños, etc.-, se colocan siguiendo un criterio completamente personalizado y cuando está completamente acabado se envía a imprimir.
Se trata, por tanto, de un producto con grandes ventajas:
- Es fácil de idear y componer: Las imprentas y establecimientos que disponen de este servicio suelen ofrecer programas informáticos propios o de uso libre, muy intuitivos y sencillos de manejar en todos los casos- gracias a los cuales se pueden componer los fotolibros según las necesidades del cliente –tamaño, acabados, etc.-
- Existen diferentes tipos y formatos para adaptarse a todos los gustos y opciones: Se puede elegir si se desea un libro horizontal, vertical o cuadrado –normalmente dentro de unas medidas estándar, aunque se pueden personalizar en mayor o menor medida para darle mayor exclusividad. También se puede optar por tipo de papel u otro –los de mayor gramaje incluirán menos páginas y los más livianos permitirán incluir más- y, por supuesto, por diferentes tapas y encuadernaciones –personalizadas acolchadas, símil piel, rústicas, etc.-. Gracias a ello se conseguirán acabados ideales para el ámbito doméstico o completamente profesionales, con los que el fotolibro ampliará notablemente los usos que se le quieran dar.
- Está al alcance de todos los bolsillos: Según el tamaño, el número de páginas y los acabados que se busquen, un fotolibro puede costar entre 10 y 15 euros en el caso de los modelos más sencillos –por ejemplo, con unas medidas de 10x15 y 48 páginas con tapas duras y encuadernado cosido- e ir elevando el precio conforme se vayan mejorando las calidades y más personalizada sea la presentación.