El vínculo entre diseñador e impresor debe ser muy bueno para poder llegar a un trabajo de calidad óptima.
Siempre que un trabajo de impresión no resulta ser lo que se esperaba el diseñador pone toda la culpa del lado del impresor y el impresor la pone del lado del diseñador.
El diseñador tiene como argumento que la imprenta siempre prioriza el uso mínimo de recursos para lograr el precio más bajo posible y en muchos casos esta prioridad rebaja la calidad del trabajo. Por otro lado la imprenta dice que el diseñador no se adecua al sistema de impresión y que siempre pone la estética por encima de la practicidad. Muchas veces el diseñador menosprecia el trabajo de las imprentas, incluso llegando a decir con sarcasmo que es una sorpresa que el trabajo haya quedado casi igual al boceto.
Un problema frecuente es que las empresas que contratan tanto a diseñadores como a impresores, tienen como bandera que el mejor trabajo es el más barato. Esto crea grandes problemas entre diseñadores e impresores ya que son estos últimos los que ponen el precio final pero son los primeros los que determinan el objetivo en calidad.
En muchos casos es el cliente de la imprenta que al exigir el menor tiempo posible de impresión y una rentabilidad en muchos casos exagerada, logra contrariamente a su deseo un trabajo de poca calidad.
La solución es siempre priorizar y tener como objetivo desde ambas partes la idea de perfección en el trabajo. Para ello, se debe trabajar en equipo y cooperación, es muy importante que la imprenta tenga nociones por lo menos básicas de diseño y que el diseñador conozca la forma, materiales y procesos de la imprenta para poder elegir el adecuado, logrando así no sólo eficacia sino también un mejor precio.
En realidad el secreto de la perfección en la impresión gráfica no es sólo la comunicación y entendimiento entre ambas partes. La solución a este gran problema es la unificación total de sus elementos: hacer la impresión como un bloque, como un todo. Los diseñadores deben involucrarse en la impresión y los impresores deben entender los diseños.
Foto: Serigrafía Sestao